Llámame raro pero me gusta investigar sobre personajes fallecidos. Disfruto construyendo su vida consultando en varias fuentes. En una encuentro información sobre su juventud, en otra descubro aspectos de su madurez, en otra hablan de su legado…

Es como juntar las piezas de un puzzle que están tiradas en el suelo y terminar sacando la imagen que pedían en la caja.

El protagonista en esta ocasión es Henry Dow, considerado por muchos padre del Análisis Técnico. A medida que descubría cosas sobre él y su entorno me di cuenta que sus enseñanzas abarcan muchas más ideas de las que nos han contado.

 

En el 90% del material que encuentras en internet, un copy / paste de lo más simple, te hablarán de 2 aportaciones básicas y de Dow como único ideólogo.

Esto no tiene nada que ver con la realidad y quien lo describe así es por un motivo: no se ha leído su libro.

Al menos este artículo lo escribí después de leer y repasar varias veces «La Teoría de Dow». Era la única manera de entender lo que este genio americano nos quiso transmitir.

 

Hagamos un pequeño viaje al pasado. Nos situamos en unos Estados Unidos prácticamente vacíos

Entre 1850 y 1900, cuando Henry Dow vivió, América no se parecía en nada a la América actual. Había miles de hectáreas despobladas, terreno y terreno vacío. Era la tierra del progreso, donde todo estaba por hacer.

El efecto llamada hizo efecto en el viejo continente acomodada y noble. Los más talentosos huyen en busca de una oportunidad, ya que en los países europeos era prácticamente imposible subir en el escalafón social. Quien nacía campesino moría campesino. Quien nacía rico y noble, moría rico y noble.

En cambio, al otro lado del atlántico el esfuerzo y el talento tenían recompensa. Allí nadie les juzgará, nadie mirará su pasado. El viaje a América en realidad es un viaje en busca de la libertad.

 

Charles Henry Dow (1851 – 1902). El granjero de la América profunda que se convirtió en una leyenda de Wall Street

Cuando Dow nació en un pequeño pueblo a unos 250 kms al norte de Nueva York, la realidad tecnológica era muy diferente a la actual. Solamente llegar de una ciudad a otra era una odisea. Ni siquiera existía el automóvil, el método más rápido para desplazarse… ¡era el carruaje!

Su padre, un granjero local, falleció cuando él apenas tenía 6 años. No tenía otra opción que ponerse a trabajar para sacar a su familia adelante, así que entró en la construcción como obrero. Desde niño supo ganarse el pan con sus propias manos.

En contra de lo que se cree, Henry Dow no fue economista. De hecho ni siquiera terminó el instituto, no podía permitirse estar tanto tiempo en las aulas. Tenía que ocuparse de alimentar a demasiadas bocas en casa.

 

Poco a poco la situación económica en su familia fue mejorando, con lo que se le abrieron las puertas para comenzar su propio rumbo laboral.

El campo que más le atraía era el periodismo, así que con 21 años consiguió entrar como reportero en el “Springfield Daily Republican”, un periódico de Boston.

Empezó especializándose en la historia regional, describiendo el modo de vida y los avances de Massachusetts. Una de sus primeras publicaciones fue la historia de la navegación a vapor entre Nueva York y Providence, escrita en 1877.

 

El reportaje sobre las minas de plata que le metió de lleno en el mundo financiero

Con apenas 27 años, en 1.878, publicó «Newport: The City by the Sea». Gracias a este trabajo su carrera daría un giro vertiginoso.

Describía con todo lujo de detalles el asentamiento, ascenso, declive y renacimiento de Newport, el lugar de veraneo de las familias neoyorkinas pudientes.

Apoyó la investigación buceando en los registros de transacciones inmobiliarias. Así obtuvo las pérdidas y ganancias en cada compra-venta. Documentó la revalorización del suelo en la zona, algo que muy pocos habían hecho previamente.

 

El jefe quedó tan impresionado con su meticuloso análisis que le asignó el proyecto que cambiaría su vida: acompañaría a un grupo de banqueros a Leadville, Colorado, para informar sobre la minería de plata.

Los promotores necesitaban publicidad para conseguir inversores, así que contrataron a varios medios de comunicación para confeccionar publi-reportajes. En 1879 emprendieron el viaje de cuatro días en tren, conviviendo con importantes hombres de negocios de Wall Street.

Dow participó en sus juegos de cartas, escuchó sus historias y les entrevistó uno por uno. Se ganó su confianza pasito a pasito. Gracias a estas conversaciones comprendió qué impulsa a exitosos hombres de negocios a mover su dinero en una u otra dirección.

 

Al término de la expedición Dow escribió las nueve cartas de Leadville.

Además de hablar sobre los parajes mineros, describió cómo el capitalismo estaba impulsando comarcas y ciudades como nunca antes se había visto.

Un humilde granjero como él había quedado maravillado de los avances que se estaban produciendo a lo largo y ancho de los Estados Unidos.

 

El Salto a Wall Street junto a su amigo David Jones, con quien fundó compañías que siguen funcionando más de un sigo después

Dow necesitaba nuevos retos, Boston se le quedaba pequeño, así que decidió mudarse a Nueva York. La oficina de noticias financieras de Kiernan fue su nuevo destino, en pleno Wall Street. Se adentraba en la boca del lobo.

La compañía se encontraba en pleno crecimiento y el presidente le pidió refuerzos. Dow tuvo claro quién sería su mano derecha: incorporó a Edward David Jones, a quien había conocido elaborando el trabajo de NewPort.

¿Te suena de algo la dupla Dow-Jones? Efectivamente, lleva el nombre del índice industrial más famoso del mundo en su honor, el Dow-Jones Industrial Average.

 

En aquella época los sobornos estaban a la orden del día. Los directivos ofrecían sobres cargados de billetes a los periodistas, a cambio de divulgar informes positivos sobre sus empresas. Buscaban provocar fiebre compradora cuando el público leyera las excelentes noticias, inflar el precio artificialmente y pegar el pelotazo vendiendo en máximos.

Tanto Henry Dow como David Jones se negaron a entrar en el timo del tocomocho. Aunque les resultó duro renunciar a las mordidas, siempre escribieron análisis independientes.

Gracias a su honestidad consiguieron una reputación de la que el resto de analistas no podía presumir. Los lectores les recompensaron siendo fieles a sus publicaciones. Construyeron una audiencia que les acompañaría hasta el final.

 

Entonces decidieron ir un paso más allá. Abandonaron Kiernan y se lanzaron a la aventura, creando su propia agencia de noticias económicas.

Dow, Jones & Company vio la luz en 1882 y a día de hoy sigue publicando información económica.

Al principio enviaban un sencillo boletín financiero de dos páginas. El negocio era simple, pero funcionaba como un tiro, creciendo en poco tiempo hasta tener 50 empleados.

 

Respaldados por la audiencia y el éxito que tenía todo lo que tocaban se atrevieron con la creación de un periódico. Actualmente es un diario referente sobre economía, se lee a lo largo y ancho del globo terráqueo.

Te estoy hablando del Wall Street Journal

Henry Dow marcó una línea roja: toda noticia publicada debía ser veraz, habiéndola contrastado con varias fuentes. Quien se atreviera a romper esa regla sería despedido sin contemplaciones.

Basaban su ventaja competitiva en la velocidad para conseguir la información. Tenían línea directa con Boston y conexión telegráfica con Washington, Filadelfia y Chicago, además de corresponsales en Londres y otras plazas financieras. Las noticias llegaban a la redacción antes que a ningún otro sitio.

Conforme el crecimiento acompañaba se adentraron en otros aspectos de interés. Hablaban sobre cotilleos, deportes o conflictos internacionales. La empresa seguía creciendo a ritmo de vértigo.

 

Contrariedades de la vida, Henry Dow sufrió graves problemas de salud cuando estaba surfeando la cresta de la ola. En lo mejor de su carrera profesional se vio obligado a dar un paso a un lado para centrarse en su recuperación.

Vendió sus participaciones en el periódico y se alejó de la ajetreada vida de los negocios.

Pero antes de retirarse tenía que hacer su última aportación. La que es protagonista de este artículo.

 

Así subió Henry Dow al estrellato una vez muerto

En 1899 comenzó una editorial semanal que duraría solamente tres años, hasta que falleció en 1902. Se trataba de una especie de diario de trading donde daba su opinión sobre los movimientos más relevantes del mercado. Era la visión de alguien que había sido protagonista en el centro de negocios más importante del mundo.

No pretendía sentar cátedra ni crear un sistema de trading, sólo quería plasmar sus conclusiones sobre las oscilaciones en los precios. Es como si me pongo a contarte que la última subida del Dax40 se debe a los buenos datos de empleo en Europa, o que el Euro-Dólar se está pegando una castaña de espanto por la bajada de tipos de interés del Banco Central Europeo.

Sólo que, al leer estas editoriales, estás viendo el mercado a través de los ojos de alguien que vivió hace casi 150 años.

 

Nelson las recopiló en 1903, con Dow ya fallecido, y publicó «The ABC of Stock Speculation» («El ABC de la especulación con acciones»).

Estamos frente a la primera Teoría de Dow.

Pero no será la última.

 

William Peter Hamilton (1867 – 1829) reforzó el legado de Dow, pero aportando su visión

Hamilton, quien era editor del Wall Street Journal, continuó con la labor de Dow durante 27 años. Él sí tuvo el tiempo del que Dow no dispuso para profundizar en las investigaciones sobre el mercado. Su publicación se llamó «The Price Movement» («El Movimiento del Precio»).

Lo primero que hizo fue revisar las editoriales de su antiguo jefe una por una. No empezó de cero, se apoyó en sus conocimientos, creando una base sólida sobre la que continuar. Completó el trabajo original, mejorando lo existente y añadiendo aspectos que Dow no había tenido en cuenta.

Al igual que su mentor, William Peter Hamilton continuó escribiendo las editoriales hablando de la bolsa de valores hasta el mismo año de su fallecimiento, en 1829.

 

Nos vamos aproximando al desenlace, todavía no hemos llegado a la Teoría de Dow definitiva. Queda un último actor por entrar en escena: Robert Rhea.

Fue quien unió las 252 editoriales de ambos autores en 1932. Así nació el magnífico libro «The Dow Theory» (la teoría de Dow).

Henry Dow lo empezó, William Hamilton lo completó y Robert Rhea lo unió y lo publicó.

 

Las 10 líneas maestras en la Teoría de Dow (1932), por Robert Rhea

Lanzo una advertencia antes de empezar: no compres el libro esperando encontrar estrategias específicas del tipo «Hay que vender petróleo en gráfico de 15 minutos cuando el RSI llegue a 70 y la media de 50 cruza con la de 80». No consiste en eso.

El contenido trata sobre los cimientos por los que se rige el mercado. Te darás cuenta de cómo siguen siendo exactamente los mismos, a pesar de que haya transcurrido tanto tiempo.

Lo enfoca desde dos ángulos: uno técnico y otro psicológico. Justo en eso consiste en la bolsa, una mezcla de números y emociones. Podemos extraer el siguiente decálogo de la Teoría de Dow:

 

#1. El precio contiene toda la información

Para saber la situación financiera de una empresa sólo hay que mirar el precio:

  • ¿Está en tendencia alcista? Entonces da beneficios y está saneada.
  • ¿La acción no hace más que caer en picado? Tiene problemas serios, seguramente al borde de la quiebra.

También habla de cuánto tiempo pasa hasta que el precio refleja nuevas informaciones, como cuando se publican los resultados anuales. Dice que el precio lo refleja al instante y que nadie puede aprovecharse de ello.

Se ríe de cómo algunos inversores se preocupan en mirar el periódico tratando de encontrar la noticia perfecta. Piensan que la tendencia empezará justo en el momento en que ellos le den a la tecla.

No se dan cuenta de que los bancos de inversión tienen la información días antes de que cualquier periódico lo haya publicado. Quienes operan así van tarde, muy tarde.

 

#2. La manipulación existe, pero no puede cambiar la tendencia

En ningún momento te cuentan el mundo yupi de Disney. Sabe cómo se las juegan en Wall Street, donde el dinero es lo único que importa y el fin justifica los medios.

Reconoce que en ocasiones puede haber manipulaciones, pero deja muy claro que la tendencia primaria nunca puede ser manipulada. Ningún insider tiene más poder que el mercado. Ni la persona más rica del planeta.

Según su Teoría, ni siquiera la Reserva Federal o el Tesoro Americano tienen esa capacidad.

Y si lo consiguen en algún momento, siempre será una manipulación temporal. Tarde o temprano los precios se dirigen al lugar que les corresponde.

También distingue entre la manipulación de una acción y la de un índice. Es mucho más fácil influir en un sólo activo que en 30 acciones a la vez.

Lógico.

 

#3. El mercado es una ciencia empírica, no exacta. El manual teórico no sirve para nada.

La gente inteligente de verdad tiene una característica en común: la humildad. En este apartado los autores demuestran ir sobrados de ella, ya que reconocen que sus teorías no siempre van a funcionar. Lo explica con las diferencias entre las ciencias exactas y las ciencias empíricas.

En las ciencias exactas sólo hay una respuesta posible. Dos más dos son cuatro y no puede ser de otra manera.

Sin embargo en las ciencias empíricas la experiencia es el factor clave para identificar lo que está ocurriendo, trazar un plan y actuar para encontrar la mejor solución. Ocurre, por ejemplo, en la medicina.

 

Tú le puedes explicar a un médico cómo operar a corazón abierto haciéndole estudiar libros o con un tutorial de Youtube donde te enseñan los 5 pasos para operar a corazón abierto desde tu casa (ironía).

Pero una vez entre en la sala de operaciones ningún libro va a salvar la vida al paciente si hay un contratiempo en mitad de la cirugía.

Le salvará la experiencia del cirujano: los seis años de prácticas en hospitales, los cinco como residente más el tiempo que lleve de adjunto.

 

La experiencia es un grado. En la medicina y en el trading

Mira, yo te puedo enseñar mi estrategia y contarte cómo se entra y se sale del mercado. No te va a llevar más de 5 minutos entender los motivos técnicos. Pero eso no significa que ya seas trader.

Es como si el médico se pone a operar de apendicitis sin tener en cuenta la edad, altura o sexo del paciente. Sólo mirando el libro. No va a salir bien.

La teoría de Dow son una serie de directrices para explicar el comportamiento del mercado, no es una interpretación matemática exacta. Llega a considerarlo una especie de arte (que no se enfaden nuestros amigos los economistas, por favor).

Si la especulación en bolsa fuera tan sencilla como seguir unas reglas objetivas todos los traders serían multimillonarios. La realidad es muy diferente.

 

#4. El Análisis Técnico falla. No es infalible

Cito literal la frase extraída del libro:

Double Tops and Double Bottoms are of but little value in forecasting the price movement and have proved to be deceptive more often than not

Lo que traducido sería algo así:

«Los Dobles Suelos y los Dobles Techos tienen poco valor a la hora de predecir el movimiento del precio y se ha demostrado ser engañosos más veces de las que funcionan»

Es una frase maravillosa, a la que no hay que añadir nada.

Te dejo el enlace al post con esta idea más desarrollada, donde te explico los motivos exactos por los que el chartismo falla una y otra vez.

 

#5. La Especulación es el motor del progreso

¿Alguna vez has visto a alguien referirse a un especulador para decir algo bueno? ¿O más bien era para ponerle a parir?

Está de moda tratar al especulador como alguien malvado, que busca beneficio a toda costa o que se aprovecha de los demás. Se le ha colgado este sambenito y no puede deshacerse de él.

Pues tengo una noticia que darte: sin los especuladores la sociedad no habría alcanzado el nivel de bienestar del que todos disfrutamos hoy en día.

 

La especulación es la selección natural de los proyectos: la sociedad descarta los malos, sólo los buenos avanzan. ¿Por qué tenemos luz en casa? Porque alguien investigó, arriesgó, y apostó por esa tecnología.

Sin especulación nadie invertiría, no se construirían autopistas, no se prestarían servicios… viviríamos en Cuba, donde los edificios se caen por dejadez. Porque como no es de nadie, nadie los mantiene.

Tratan de enfrentarnos, como si los especuladores fueran los malos y los inversores los buenos, cuando no es así. Por suerte Dow no estaba influenciado por la corriente de odio actual y veía la especulación como lo que es: una herramienta necesaria para avanzar. Justo en este artículo hablé sobre ello:

 

#6. La Ludopatía lleva al desastre

En alguna editorial menciona eel Gambling. Dice que los intradía no están creyendo en ningún proyecto ni están apostando por ninguna idea de negocio, sólo se están jugando el dinero para sentir emociones. No les mete en el mismo saco que a los especuladores.

También habla de otro principio básico: si estás el 100% del tiempo con posiciones abiertas terminarás perdiendo. En el libro dice literal:

“Si tienes dudas, no hagas nada”

Curioso, es exactamente la filosofía de la Academia: al mercado se viene a cazar. Vale más disparar una vez pero acertar en la diana que disparar 100 veces sin ton ni son montando alboroto y espantando a las presas.

Por último, es genial cuando critica a los traders que pierden y echan la culpa a “Wall Street”, a los “bajistas” o a una tormenta que pasaba por ahí.

Dice que hay que ser adultos y responsabilizarse de tus actos, no llorar como niños.

 

#7.Una definición de las dos Tendencia y el Rango Lateral

Es su aportación más conocida, la que conoce casi todo el mundo.

Una tendencia alcista es un gráfico con máximos y mínimos crecientes, mientras que en las tendencias bajistas los máximos y los mínimos son decrecientes.

Tramo de tendencia alcista desde el primer máximo creciente hasta el primer mínimo decreciente

 

También describió los rangos laterales:

«Cuando el precio se mueve en un rango aproximado del 5% está indicando acumulación o distribución»

El 5% es una referencia de los registros que obtuvo, no significa que todos los laterales tengan que moverse un 5% entre el máximo y el mínimo. Hay que retener el concepto, no con los detalles.

De este apartado quédate con que los rangos son el inicio y el final de las tendencias. Es Análisis Técnico de lo más básico, lo que mejor funciona.

 

#8. Las Correcciones tienen una función: sanear la tendencia

Me gusta el símil que utiliza. No se me hubiera ocurrido uno mejor:

“Las correcciones son como las válvulas de seguridad en las calderas de vapor”

Los inversores asumen que una corrección es un cambio en la tendencia primaria, pero no se dan cuenta de que son descansos antes de continuar.

Es como cuando te tomas diez minutos de respiro sentado en un banco después de haber estado caminando 2 horas seguidas. Te hace falta antes de continuar, porque sino reventarías.

Define los niveles de retroceso: el precio tiende a corregir entre el 33% y el 66% del impulso. ¿Te suenan de algo estos porcentajes? Efectivamente: son los niveles Fibonacci.

 

#9. Da una aproximación a la psicología de masas

Describe cuándo los inversores tienen miedo o cuándo están eufóricos, marcando de esta manera el inicio o el final del ciclo.

Los estadios bajistas los define así:

 

«Primero los inversores pierden la esperanza de ver futuras subidas.

El segundo estadio refleja ventas debido a la contracción económica y el tercer estadio, el pánico, refleja que los inversores necesitan dinero y no les importa vender a pérdidas.

Su necesidad de liquidez es inminente.»

 

También habla de las tendencias alcistas:

 

«El mercado sube porque las condiciones económicas están mejorando y la confianza en el futuro es buena.

Las condiciones se ratifican y los beneficios de las empresas están reflejando estas mejoras.

En el último estadio la especulación y la inflación están desenfrenadas.»

Es una perfecta definición de las distintas etapas que tiene el ciclo del mercado.

 

#10. El efecto contagio arrastra a los valores, tanto para bien como para mal

A lo largo del libro menciona en varias ocasiones a los dos índices directores de la época: el Dow ferrocarriles y el Dow industriales. Dice que para confirmar una tendencia lo ideal es que ambos estén apuntando en la misma dirección.

Llevándolo a términos actuales, si el Dax40 (el índice alemán) y el EuroStoxx50 (las 50 principales compañías europeas) están mirando hacia arriba, es muy probable que la tendencia en el conjunto de acciones europeas sea alcista.

En cambio si uno de los índices está bajista y otro en rango lateral, no podemos llegar a ninguna conclusión.

 

También se refiere al efecto contagio en momentos de pánico y euforia.

Por mucha calidad que respalde una empresa, en un crash bursátil su cotización sufrirá. Da igual que reporte beneficios y que su situación financiera sea sólida. Sufrirá menos, pero sufrirá.

En el otro extremo sucede lo mismo. Podemos encontrar compañías a punto de quebrar cotizando a múltiplos ridículos por el excesivo optimismo en el ambiente. Pero tarde o temprano baja la marea y se ve quién está nadando desnudo.

 

«La Teoría de Dow» fue pionera: nadie había hablado sobre aquellos valiosos conceptos relacionados con el mercado

Mientras leía el libro tenía la sensación de tener algo grande entre las manos. Sabía que a partir de ese momento la historia del trading, el análisis técnico, el análisis de bolsa… habían cambiado por completo. Los nuevos conceptos que introdujo Dow vinieron para quedarse.

Lo veo parecido a estar inmerso en cuaderno de bitácora de Cristóbal Colón en su ruta hacia América. ¿No te gustaría vivir de primera mano las impresiones de cómo descubrió todo un continente?

Además, me parece un mérito terrible desarrollar tantas ideas con la poca información de la que disponían. En el siglo 19 no era fácil recopilar datos, no como ahora, que cualquiera puede descargarse 100 años de cotizaciones en menos de 5 minutos desde el salón de casa. Ellos, con suerte, llegaron a contar con 30 años de registros.

 

Es curioso también el lenguaje utilizado, muy diferente al que se utiliza hoy en día. En ocasiones te pierdes, no sabes muy bien a qué narices se están refiriendo en algunas frases. Es como si estuvieras leyendo El Quijote en castellano antiguo. Con leer un par de páginas ya sabes que esos escritos no pertenecen a tu tiempo.

También se nota cuando ves los precios a los que se está refiriendo constantemente. Lo habitual era ver el índice Dow-Jones por debajo de los 100 puntos, entre los 40 y los 70. ¡Y ahora lo tenemos por encima de 30.000! Cómo ha cambiado la película…

El último aspecto chocante es la duración de los ciclos: las tendencias duraban dos-tres años con correcciones semanales. Las acumulaciones y distribuciones apenas duraban un par de semanas. Se me hace demasiado corto, pero su estudio está basado en la información que tenían entre manos. No podían inventarse otra cosa.

 

Respecto a la dinámica de las editoriales, son una especie de diario de trading. Cuentan casos cercanos, vividos en primera persona.

Mencionan el movimiento alcista de 1906, el periodo bajista de 1915 o la tendencia entre 1921 a 1923.

Es curioso que el crack del 29 no está relatado. Los dos autores, Dow y Hamilton, ya habían fallecido.

 

Termino con la conclusión más importante de todas

Los fundamentos del mercado no han cambiado, continúan siendo los mismos que hace 200 años. Y lo seguirán siendo durante los próximos siglos (al menos hasta que las máquinas nos sustituyan).

Esto tiene una explicación: detrás de los movimientos en los precios hay personas. Las subidas y bajadas se dan por las decisiones que todos, en conjunto, tomamos. Podríamos llamarlo la democracia del mercado.

No hay ninguna mano fuerte maligna desde fuera que quiere quedarse con tu dinero, no. El mercado es más fuerte que nadie. Así que el que quiera venir a este negocio a intentar llenar el bolsillo tiene que entender por qué se mueve la mayoría en una u otra dirección.

 

Por esa razón la estrategia que enseño en esta Academia la podrás seguir utilizando mientras vivas, porque está fundamentada en entender la psicología humana y saber de qué pie cojeamos nosotros mismos. Si no fuera así, estaríamos construyendo una castillo sobre arena.

En mi Curso de Trading no sólo encuentras aspectos técnicos, qué va. Si sólo se tratara de resumir cuatro conceptos teóricos y de darle a la tecla cuando suceda esto, esto o esto otro, entonces no estarías leyendo este artículo.

Lo que te propongo es seguir las enseñanzas del propio Dow Jones. Él mismo dijo que la experiencia es la mejor manera de salir vencedor haciendo trading. No hay otra forma que repitiendo y repitiendo los patrones de éxito durante varios meses:

 

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Antes de terminar me gustaría que fueras protagonista con un comentario:

¿Ya conocías la Teoría de Dow?

¿Crees que sus aportaciones son válidas para la operativa de hoy en día?

¿Conocías a Will Hamilton, quien creó el 75% del contenido?

Un fuerte abrazo y buen trading… poniendo en valor las enseñanzas del maestro Dow 😉

Enrique Mazón

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