
Quien sacrifica su libertad más esencial a cambio de seguridad temporal,
finalmente ni obtendrá ni merecerá,
seguridad ni libertad.
Lo dijo Benjamin Franklin, uno de los padres fundadores de los Estados Unidos.
La primera vez que fui a ver una competición de surf fue un fracaso absoluto. Pensaba que iba a ser parecido a una película de tiros, con los riders montados en sus tablas luchando entre sí para coger la mejor ola y con un resultado final de lo más ajustado entre los primeros de la clasificación. Luego resultó que la realidad no tenía nada que ver con la fantasía que había imaginado.
El campeonato al que acudí se llama la Vaca Gigante y se celebra en unos acantilados de la Costa Quebrada – imagínate por qué la zona se llama así -, a medio camino entre la playa de la Maruca y el faro de Santander. Solo allí puede realizarse la competición. Porque sólo allí las olas alcanzan la monstruosa altura que permite a los surfistas surcar los mares por el aire.
Nadie sabe con exactitud cuándo sucederá el evento porque la ola debe alcanzar una altura mínima de 6 metros, algo poco frecuente. En cuanto los organizadores detectan que la mar está en condiciones, avisan una semana antes a surfistas de todo el mundo, y a falta de 48 horas llega la última confirmación (lo que llaman semáforo verde). Lo mejor es que, a pesar de montarlo a toda prisa, el formato funciona y asisten cientos de espectadores a la cita.
Aquella fría mañana de invierno acudí con mi padre, nunca habíamos visto una competición de surf, y mira que tiene delito siendo de Cantabria. Estábamos bastante emocionados porque era la primera vez que nos sentábamos a ver las olas subir y bajar. ¿Qué nos encontraríamos en aquellos acantilados que tanto interés despiertan?
Lo primero sorprendente fue ver que los surfistas entraban al agua de uno en uno remolcándose con una moto de agua. Sin la ayuda de la máquina les era imposible meterse a la zona donde rompían las olas, debido a la fuerte marea. Aquella fantasía de verles pegarse por coger el mejor sitio, quedaba en el olvido. Empezaba la realidad.
Cada surfista tendría 45 minutos para demostrar su valía, y el jurado valoraría la mejor de olas cabalgadas. Estas eran las reglas del juego. Así arrancaba la competición.
Ahí estábamos viendo La Vaca Gigante, cerca de la playa de la Maruca (los tres famosos restaurantes de Madrid toman su nombre en honor a esta playa)
Cuando el primer surfista entró al agua fue genial, ¡al fin empezaba lo bueno! El hombre se puso a remar entre las ondas, parecía que en cualquier momento se subiría a su majestuosa tabla… pero no terminaba de coger ninguna ola. Cuál fue nuestra sorpresa cuando, después de que transcurriese casi una hora, acabó su turno sin haber intentado nada.
Con el segundo sucedió lo mismo, subía y bajaba mucho por las ondas, pero no conseguía darle acción a un público que la estaba esperando.
El tercer surfista comenzó bien porque cogió un par de olas nada más entrar, ya respirábamos aliviados al ver algo de movimiento… pero poco después llegó de nuevo llegó el vacío. No volvió a hacer nada.
Llevábamos casi 3 horas pasando frío en una loma de la Costa Quebrada, y todo el espectáculo que habíamos visto se resumía al puñado de segundos que necesitó aquel surfista para coger un par de olas. El desencanto no hacía más que ir en aumento. Y el ritmo tan cansino de la competición llegaba a ser desesperante.
Para colmo, nos dimos cuenta de que necesitábamos prismáticos para apreciar los detalles, porque desde lejos apenas ves poco más que una figura humana en el agua chapoteando. Para nosotros, que venimos del mundo del ciclismo, fue una decepción, porque en una carrera ciclista el corredor pasa a tu lado. Casi que puedes tocarle – no estás a más de 100 metros de distancia, como en el surf – , y notas su sufrimiento como si fuera el tuyo propio.
El frío que sentíamos en nuestros huesos después de esperar tanto tiempo una acción que no llegaba fue la causa definitiva para marcharnos antes de que terminara la faena. Nos quedamos sin saber quién iba a ser el vencedor, pero tampoco nos importó. Definitivamente, la Vaca Gigante no era lo nuestro
Aquella lenta competición de surf esconde una valiosa lección del mercado.
Porque los buenos traders, como los buenos surfistas, siguen su propio ritual.
Por muy aburrido que sea.
Te he relatado el fiasco que nos llevamos mi padre y yo aquella mañana de invierno porque recuerdo perfectamente que acudí a la Vaca Gigante como esperando ver un espectáculo de circo, en el que fuera a salir disparado el hombre bala, hiciera aparición la mujer barbuda, o una bella dama arriesgara su vida metiendo la cabeza dentro de la boca de un tigre. No iba preparado para disfrutar del ritual del surf. Porque desconocía la esencia de ese deporte.
No me llevé el chasco porque los surfistas fueran malos, ellos hacían lo que podían en una mar embravecida. Fue porque yo había ido con unas expectativas que eran imposibles de cumplirse, pretendía que salieran a tocar los Rolling Stones en la Sala Dorada de Viena. Y el teatro donde se celebra el famosísimo concierto de Año Nuevo no es lugar para que unos viejos rockeros salgan a cantar su «Satisfaction» como si estuvieran poseídos por el diablo.
Por casualidad hace poco vi una entrevista a un ciclista profesional, Peio Bilbao, que en sus ratos libres hace surf, y me enteré de algunas cosas que me hubieran venido bien saberlas cuando fui a ver la Vaca Gigante. Esperar dos horas en el agua no es un tiempo tirado a la basura, porque estás en sintonía con la mar y en paz contigo mismo. Coger una ola es el breve momento de activación en el que la paciencia tiene su premio.
La misma sensación de engaño que tuvimos mi padre y yo en la Costa Quebrada, es la que se llevará el trader que viene a este mundillo estando pendiente de los últimos datos económicos porque en esos momentos los precios se mueven muy rápido. O entrando en una operación para sentir la excitación de ver cómo tu dinero fluctúa arriba y abajo. O creyendo que el premio gordo de la lotería de Navidad, con el que vas a “tapar muchos agujeros”, te caerá sin merecerlo.
No amigo, el mercado no funciona así. Pero porque la vida tampoco funciona así.
Para tener éxito en el trading hay que dominar varias disciplinas. Si vienes pensando que esto es un parque de atracciones saldrás pensando que te han timado, pero en realidad sólo te habrás engañado tú a ti mismo. Así que empecemos por el principio, te voy a contar cómo empezar una trade con buen pie.
El Setup son las condiciones para entrar a mercado
Setup es una palabra inglesa que seguramente no te diga nada, igual incluso te parezca un poco repelente porque no te gustan los anglicismos. Normal, a mí también me echa para atrás esta gente modernilla que pretende demostrar constantemente su estatus de ciudadano del mundo, y de cada 3 palabras, te cuelan 2 en inglés. Y lo único que demuestran no es que sepan un inglés mal hablado, sino lo poco que saben de su lengua materna, el español.
En lenguaje de toda la vida, el Setup son las condiciones que exiges al precio para abrir una operación. Es decir, que si el mercado hace X, Y o da una voltereta, le das a la tecla.
Y si las condiciones no se cumplen, te quedas como estabas y no arriesgas ni un euro.
“¿¡Pero cómo voy a estar sin hacer nada?!,
Si me han dicho que debo meter 20 operaciones al día.
Como mínimo”
Error, error y error. Mira, un trader puede comprar, puede vender, o puede estar en liquidez. De hecho, no hacer nada es la mejor opción casi siempre, algo que casi nadie se atreve a decir por motivos evidentes.
Si el surfista está 2 horas en el agua hasta que encuentra un momento idóneo para subirse a la tabla, tú también puedes aguantar quietecito delante de las pantallas. Él se está congelando dentro del agua, así que a ti no te va a pasar nada por no tocar donde nadie te ha llamado.
Los 15 segundos de disfrute que tiene el surfista son efímeros, pero si repite y vuelve a hacer la misma rutina una y otra vez por algo será. Le compensa el frío y las horas de espera con tal de sentir que ha cogido una ola en el punto exacto. La satisfacción del deber cumplido supera con creces al sufrimiento.
“Vale, ya me olía yo que no era obligatorio tener una operación abierta siempre, tengo claro que es necesario establecer un Setup”
“Ahora bien, ¿cómo construyo el Setup?”
Con la clave que multiplicará el éxito en tus operaciones
El trader que se lo toma en serio no se levanta por la mañana, y como Alsina dice en la radio que estamos en récord de afiliados a la Seguridad Social, compra un par de contratos en la bolsa española, “que con lo bien que marcha la economía, hoy sube seguro”.
Tampoco mira por la ventana y entra en venta porque fuera está lloviendo y se viene un día tristón.
No, el trader en el que te quieres convertir, ese que viene al mercado como un depredador a coger con sus propias manos lo que le pertenece y no permite que nadie más meta la zarpa en lo que es suyo, hace una cosa antes de arriesgar un euro:
Establece FILTROS
Cada filtro es una condición indispensable para entrar. Si no se cumplen los filtros que has marcado, te estás con la mano quietecita, dedicándote a ver la vida pasar mientras contemplas cómo los demás se equivocan. Y luego, cuando se hayan quedado sin blanca, tú recogerás sus restos, quedándote con los euros que hayan dejado por el camino.
Es la misma dinámica de los juegos de cartas. El buen jugador de mus solamente mete el órdago si las cartas han pasado ciertos filtros, como llevar cuatro figuras y que no se hayan repartido cartas más de dos veces (por cierto, órdago es una preciosa palabra que viene del euskera, compuesta por ¡hor + dago!, que en español significa ¡aquí está!, siendo una de las pocas palabras vascuences que ha adoptado el castellano, españolizándola). Si no lo ve claro, se guarda las balas esperando a que le llegue una buena oportunidad para hacer el “todo o nada”.
Aplicar filtros es como pasar un vaso de zumo de naranja por un colador. En la primera pasada te quitas las pepitas. En la segunda apenas quedará pulpa y en la tercera pasada el zumo estará limpio, limpio, limpio.
#1. El primer filtro es basarte en la información de un INDICADOR
El problema es que hay muchos indicadores, demasiados. Y como tampoco consiste en ser un experto en todos ni en volverte loco tratando de encontrar el indicador perfecto (ya te anticipo que eso no existe), vamos a ir a lo simple. Porque cuanto más sencillo hagas las cosas, mejor funcionarán.
Mira, en vez de rebuscar el último indicador que ha creado un friki en su sótano mugriento de Taiwán, o en alquilar ese que encontraste en una página web rusa de dudosa fiabilidad, ¿no será mejor apoyarte en los mismos indicadores que ya utilizan los grandes operadores? Me refiero a los que son universalmente conocidos: el RSI, el Stochastico, el MACD, o las medias móviles, y dejarte de inventos.
Bien, pues además de poner en pantalla los indicadores que sean más fáciles de interpretar, (más bueno malo conocido, que bueno por conocer), es súper importante que la condición marcada se cumpla de Pascuas a Ramos, que sea un rara avis, difícil de ver. La gracia está en que el filtro dé entrada pocas ocasiones, para que sea más fiable. Algunos ejemplos de filtro de indicador podrían ser los siguientes:
-
El Estochastico metido en SobreCompra, por encima de 80,
-
El histograma del MACD ha cruzado la media móvil,
-
El precio ha tocado la media de 200 sesiones,
Un filtro que consista en un RSI de 10 sesiones enseguida lo verás llegando al extremo. En cambio, el RSI de 20, apenas lo tocará, como puedes ver en el gráfico. Será una entrada mucho más fiable.
Recuerda las líneas que acabas de leer un poco más arriba: el filtro no puede estar dándose cada dos por tres, porque entonces dispararías como si las balas no te costasen dinero. Si marcas entrada cuando el Stochastico llegue a 60 estás construyendo un filtro que no vale para nada, porque lo verás constantemente en torno a esos niveles. Más que un filtro, estarás buscando una excusa para entrar al mercado.
En cambio, con un RSI de 14 sesiones te aseguras que muy pocas veces el precio visitará las zonas de SobreCompra o SobreVenta. Al igual que el histograma cruza muy pocas veces la media móvil. O la media de 200 sesiones apenas toca el precio (no como la de 15 o la de 20, que está constantemente fluctuando alrededor).
Ya para terminar este apartado sobre este primer filtro, olvídate de ensuciar la pantalla llenándola con 7 indicadores, como esas plantillas tan horrendas que verás por ahí, y que solamente consiguen distraerte de lo verdaderamente importante: el sistema. Con poner uno o dos indicadores – y aplicar un filtro sobre ambos – es más que suficiente. No te compliques la vida, que ya suficientemente difícil es dar con una estrategia que funcione
#2. El segundo filtro consiste en aprovechar la información que te está susurrando al oído el PRECIO
Todas las figuras que conoces de Análisis Técnico, como el Doble-Suelo, el Murciélago, el Hombro-Cabeza-Hombro… Están construidas sobre una premisa: puedes vaticinar el movimiento que hará el precio en el futuro. Ya que ciertos patrones que se han repetido en el pasado, volverán a suceder.
El Chartismo es una rama del Análisis Técnico. Seguro que conoces alguna de las figuras técnicas, como el Doble Suelo o el Hombro Cabeza Hombro. O quizás también te suenan las más complejas, como los triángulos, las tazas con asa, los diamantes…
Algunos ejemplos de filtro de precio podrían ser estos:
-
Entrada cuando el precio retroceda al 50% Fibonacci del último impulso,
-
Disparo en el tercer toque a un canal bajista,
-
Operativa sólo si rompe la Neckline del Hombro – Cabeza – Hombro
Sobre poner un filtro de precio existen ay pros y contras. Por un lado, algún billonario (sí, con B), como Stanley Drukenmiller, ha reconocido abiertamente que el Análisis Técnico le ha ayudado a triunfar. Y si lo dice un tío con una cuenta bancaria de 9 ceros igual hay que pararse a escucharle un rato.
Por otro lado, el Análisis Técnico tiene muchos fallos. Y no es que lo diga yo, es que ya lo dejó por escrito Robert Rhea en una de las obras maestras del trading, La Teoría de Dow – The Dow Theory – , escrita hace más de 100 años. Cuando leí su obra en versión original (no hay traducción al español) quedé fascinado, fue como hacer un viaje en el tiempo y adentrarme en aquella América de principios de siglo XX que se estaba erigiendo como la futura súper potencia mundial.
El capítulo 16 lo dedica al Análisis Técnico, más en concreto a los dobles suelos y los dobles techos. Cuenta que no le convencen en absoluto. La siguiente frase está extraída del libro en palabras literales:
Double Tops and Double Bottoms are of but little value in forecasting the price movement, and have proved to be deceptive more often than not.
Lo que traducido quiere decir:
«Los Dobles Suelos y los Dobles Techos tienen poco valor prediciendo el movimiento del precio.
Está demostrado que engañan más veces de las que funcionan.»
Antes estos extremos – una de las eminencias de la historia económica es reacia a seguir el Análisis Técnico, y un hombre con un patrimonio billonario se ha ayudado de él para construirlo – mi opinión es que el Análisis Técnico funciona, pero hay que añadirle matices. Tirar las líneas no debería ser como dejarle un lapicero a un niño de cinco años en una pizarra y a ver qué dibuja. Pero sí se le puede sacar partido.
No esperes comprarte el Ferrari operando a la ruptura de figuichas de dudosa fiabilidad como triángulos o diamantes, eso te lo digo desde ya. Pero también sería absurdo despreciar una información tan importante como la que te está ofreciendo el precio. Además, siendo una herramienta gratuita (como son las mejores cosas, que no hay que pagar por ellas).
Por cierto, las estructuras chartistas que verás en los manuales como ejemplos de perfección técnica no esperes buscarlas en la vida real. Aquí no está Isabel Prestley con una sonrisa diabólica de oreja a oreja invitándote a disfrutar de su glamurosa fiesta mientras te ofrece un Ferrero Rocher. La diferencia entre el Doble Suelo del manual de trading y el que te aparecerá en la pantalla cuando te sientes a operar, es más bien como la imagen que aparece cuando haces el pedido en Aliexpress… y la decepcionante mercancía que finalmente recibes en casa.
#3. Filtro Algorítmico
Es el filtro más complicado porque no vas a trabajar con herramientas que ya existen, como los indicadores o el precio. Montar un algoritmo de trading requiere de una investigación profunda. Así que antes de decirte cómo crearlo, primero te voy a decir lo que NO deberías hacer.
Mira, olvídate de arreglar tus problemas en bolsa pagando una suscripción de 70€ al mes en una página web rusa por el alquiler de un robot de trading. Quien tiene un buen robot no lo alquila, y menos por una miseria. Entrando en esos jaleos lo único que vas a conseguir es perder el dinero de la suscripción y perder tu propio dinero.
Yo estuve una temporada buscando esa solución mágica con los robots de trading y me estampé con todas las de la ley. El sitio web se llamaba “estrategiasseguras.com” y ya ni siquiera existe, imagínate el motivo. Al menos aquellos miles de euros que perdí me sirvieron como lección para lo que vendría más adelante, cuando yo mismo creé un algoritmo de trading.
Para crear un algoritmo de trading lo primero que te hace falta es tener una estrategia en la cabeza. Sabes que ciertos patrones se repiten y buscas la manera de parametrizarlo de forma «científica». Pero ponerte a fabricar un robot de la nada, como que no.
Al menos, así es como yo lo hice cuando creé el robot que va incluido en el Curso de Trading, con el que defino los puntos de entrada y salida en el sistema de Reversión a la Media. Llevaba varios años en una compañía de Prop Trading siguiendo la misma estrategia y un día pensé… Vale, esto que hacemos funciona, ¿podré medirlo estadísticamente? Me puse a investigar y resultó que sí podía hacerlo, así que lo hice.
Repito el orden de factores: primero necesitas una estrategia que funcione y luego te buscas la vida para automatizarla. Una vez que hayas llegado a ese punto, ten en cuenta que todo Robot de Trading debe darte esta información:
- Precio de entrada
- Take Profit
- Stop Loss
Éste es el filtro algorítmico que creé para el sistema de Reversión a la Media. Marca los puntos de entrada, con su Profit y Stop
Un filtro algorítmico no genera ningún tipo de duda porque estamos hablando el lenguaje universal de las matemáticas. No da lugar a los debates. A nadie se le ocurriría discutir que uno más uno es igual a dos.
Los soportes, los indicadores o las figuras técnicas pueden ser interpretables. Tú puedes estar viendo una cosa en el gráfico y yo puedo estar viendo otra, y lo mejor es que ambos podemos tener razón. Eso jamás va a ocurrir con un filtro algorítmico.
Si el robot dice que compres el Euro-Dólar en 1,0785, es en 1,0785. Ni dos ticks arriba ni dos ticks abajo. Así de claro.
La desventaja de los filtros algorítmicos es que pierdes la sensación de lo que está ocurriendo en el mercado. Es como vivir en una realidad paralela, sólo centrada en los números y olvidándote de todo lo demás. Por eso no me gusta tomar decisiones exclusivamente por lo que dice el Robot.
Mi recomendación es tener un algoritmo de trading, pero tenerlo como apoyo. El centro de la operativa es el sistema en el que te has basado para crear el algoritmo, no el algoritmo en sí (por mucho que te haya costado construirlo). Lo ideal es utilizarlo como una confirmación adicional.
Hay que tener una perspectiva global y luego ir a lo particular, mirar el bosque entero y luego examinar árbol por árbol. Si lo haces al revés estarás buscando naranjos en un bosque de plataneras. Y así vas a perder tiempo, dinero e ilusiones.
Dos recomendaciones finales sobre los filtros que tienen los buenos Setups
Que sean sencillos. Es decir, que se los puedas explicar a tu abuela o a tu hijo de 8 años
Porque si no eres capaz de explicarle a un niño, en modo Barrio Sésamo, en qué consiste ese indicador que pretendes utilizar, entonces es mejor que no lo uses. No te va a funcionar porque ni siquiera tú mismo entiendes por qué lo tienes puesto. ¿Ves por dónde van los tiros?
Llevándolo a un plano práctico, el RSI, el MACD o la media de 200 sesiones son indicadores universales. Traders de todo el mundo se fijan en ellos para tomar decisiones. Pues si los grandes lo hacen, tú no te pongas a inventar la rueda, con imitarles es suficiente.
Lo de ir a rebuscar un indicador que acaba de crear un friki en un sótano de Taiwan, y que te han dicho que funciona a las mil maravillas nunca sale bien. Esas historias mejor déjaselas a otro iluminado. Tú ve a lo seguro.
Con los filtros de precio sucede lo mismo, sería absurdo operar solamente a la ruptura de la figura Murciélago, te estarías disparando en el pie. Es una estructura muy difícil de ver y de baja fiabilidad. Es decir, operarías y poco y sin garantías de nada.
En cambio, si te vas a lo más sencillo, los soportes y las resistencias, verás que te van a funcionar de lujo. Ir a lo simple y hacerlo bien es lo más efectivo. Los resultados son espectaculares.
De hecho, te voy a confesar un secreto. Cuando estuve en la empresa británica de trading en la que pasé 5 años, cerré un ejercicio ganando más de 130.000 dólares. Y lo logré comprando en soportes y vendiendo en resistencias, nada más que eso.
Respecto a la dificultad que debería tener el filtro algorítmico, a ver, seamos lógicos. No te voy a pedir que le hagas la competencia a Jim Simmons, el presidente del fondo de inversión cuantitativo que más rentabilidad ha generado en la historia. Él contrata a los ingenieros e informáticos más brillantes para crear los algoritmos, por eso ha ganado un 66% de rentabilidad anual durante 30 años, y por eso tiene cerrado el fondo a nuevos inversores.
Pero a tu nivel, puedes hacer algo. Puedes montar una estrategia algorítmica sabiendo multiplicar, sumar, restar y dividir. Y dándole un poco de caña al Excel, un programa que ya deberías usar en tu día a día.
Y si esto de crearlo por tus propios medios te parece imposible, puedes empezar con un filtro algorítmico que ya le esté funcionando a otros traders. Como por ejemplo, el Robot que utilizamos en la Academia. Ya está listo para que te pongas a trabajar con él.
Poner filtros variados, que te den información diferente
Metiendo solo un filtro la estrategia va a hacer aguas, cual embarcación hundiéndose por culpa de un boquete en el casco. Estás construyendo un asiento sólido sobre el que apoyarte, así que si le pones cinco patas será más estable que si solo tiene dos. Y si tiene tres patas, mejor que una.
Por eso antes te he comentado que no me gusta fijarme sólo en el robot, porque estaría despreciando el resto de indicadores. Y no consiste en eso, consiste en aprovecharlos todos. El poder reside en combinar varios filtros y entender qué quieren decir en su conjunto.
Es como si desde diferentes lugares te estuvieran diciendo: «el tesoro es por ahí, gira a la izquierda y encontrarás el cofre». Si sólo te lo dice una persona, pues desconfías, o no le haces ni caso. Pero si te lo dice uno detrás de otro, te planteas tomar esa esquina a la izquierda e investigar qué narices te puedes encontrar.
Fíjate que en el titular he puesto la palabra “Filtros VARIADOS”, y no es casualidad, no. Está escrita a propósito. No tendría ningún sentido poner dos filtros que te den la misma información.
Por ejemplo, el RSI y el Stochastico son como hermanos, ambos son osciladores de fuerza relativa. Los dos avisan de posibles extremos en el precio y cuando uno esté en SobreCompra, el otro también lo estará casi seguro. Si pones los dos en el mismo gráfico estás solapando información y desaprovechando los recursos.
La gracia está en utilizar filtros diferentes, que no estén relacionados entre sí. De este modo, cuando todos estén dando señal de entrada, significa que desde varios sitios diferentes te están diciendo: “es el momento”. Así es como multiplicas tu porcentaje de acierto.
Entrar poco, pero entrar bien
El “mejor poco y bien que mucho y mal” lo puedes aplicar a un montón de aspectos de la vida. Y también al trading, claro. Ahora te cuento cómo.
De nada vale poner un filtro que de muchas señales. Entrar con el RSI en 57 no sirve, porque cada dos por tres lo verás en ese nivel. Y no quieres darle a la tecla muchas veces, quieres darle pocas, pero darle bien.
Los mejores filtros son los que aparecen muy pocas veces, como si fueran Batman. La gracia está en aguantar quieto el 90% del tiempo y esperar, esperar y esperar… hasta que el filtro se active. Con esta infografía lo ves mejor:
El resultado de poner muchos o pocos filtros en tu Setup, y su relación inversa con la Fiabilidad
Permítete unos instantes para reflexionar en tu verdadero objetivo cuando has entrado en el trading. Tú has venido a este negocio para ganar dinero, ¿cierto? Entonces te doy a elegir dos opciones para cumplirlo:
- ¿Quieres operar muchas veces?
- ¿O quieres ganar dinero cuando operes?
No hay más preguntas, señoría.
El Setup lo estableces antes de operar. No vale ponerte a fabricar las reglas sobre la marcha. Cuando las velas están oscilando todo tiene que estar preparado
Mira, cuando ves una jugada ensayada en un partido de fútbol que termina en gol, te deja con la boca abierta. Sacaron ese córner tan bien, que parecía arte de magia. Modric lanzó al segundo palo, Vinicius y Benzema hicieron un bloqueo en el área pequeña y apareció Cristiano Ronaldo por detrás libre de marca para rematar.
Los jugadores no improvisaron sus movimientos en mitad del partido, sino que estaban ensayados al milímetro, como si fuera una coreografía. Lo habían entrenado a conciencia muchas horas buscando el final feliz. Y ni con esas el éxito estaba garantizado, porque cualquier fallo hubiera dado al traste con la jugada.
Pues en el trading sucede exactamente lo mismo. Quien saca beneficio de este negocio es porque se ha preparado a conciencia. Sabe perfectamente qué hacer cuando le llega su turno.
El SETUP es tan importante porque la diferencia entre una buena y una mala operación siempre está en el punto de entrada
Y para que veas la importancia de entrar bien a mercado – de eso trata este post -, te voy a contar cómo fue la mejor operación financiera de mi vida. No fue ninguna compra en el Petróleo, ni una maravillosa operación en el Euro-Dólar, ni tampoco ninguna trade en bolsa americana. Fue la compra de mi casa.
Partimos de que el error más repetido por quienes pretenden comprar una casa es acudir en masa a Idealista. Abren Internet y esperan sentados a que salga la última novedad. Pues vas listo si crees que ahí aparecerá una oportunidad que merezca la pena, porque siendo uno más del rebaño no vas a encontrar ninguna casa-ganga que podrías vender un 20% más cara de lo que te costó.
Entrando donde entran cada minuto miles de posibles compradores buscando lo mismo que estás buscando tú, no tienes ninguna ventaja. Comprar al mismo precio que todos y vender muy por encima es una ilusión. A no ser que lo hagas engañando, lo cual siempre será una mala decisión, ya que atraerá miseria y disgustos a tu vida.
Por aquel entonces yo estaba de alquiler en una urbanización que habían construido hace poco en un pueblo a las afueras de Madrid. Ya tenía unos euros ahorrados después de varios años trabajando en los que me había ido bastante bien, y estaba pensando en tomar una de esas decisiones con las que te haces mayor de repente. Quería meterme en una hipoteca.
Me gustaban bastante los apartamentos de mi urbanización, estaban muy bien hechos y tenían a un precio lógico. Nada que ver con las barbaridades que pedían en la capital, donde prácticamente tenías que hipotecar un riñón para poner la entrada de un séptimo sin ascensor. Además, prefería tener margen de maniobra por si en algún momento las cosas se torcían – o por si quería regresar a vivir a Santander -, en lugar de ir apurado, echándome yo mismo una soga al cuello sin ningún tipo de necesidad.
Le pregunté al casero quién era el constructor, y me dijo que era un vecino que se llamaba Joaquín. Se había quedado uno de los 50 pisos para él y vivía allí mismo. A cuatro viviendas de la mía.
Fui a tocar la puerta de Joaquín para presentarme, y le pregunté si le quedaba algún piso por vender. Me dijo que no, pero que dentro de poco iba a levantar otra urbanización en la parcela de enfrente, un solar que estaba vacío, y yo le pedí que me avisara cuando pensara iniciar la obra. Pasaban los meses y Joaquín no me decía nada, y yo empezaba a ponerme nervioso porque veía que llegaban las grúas, allanaban el terreno, entraban camiones… el proyecto ya estaba en marcha.
Un día me encontré a Joaquín por la calle y le pregunté si le quedaba algún piso libre, y me dijo que ya estaba casi todo vendido y que no podía ofrecerme mucho, pero que ya nos veríamos. Al poco tiempo se presentó en mi casa con los planos de los tres o cuatro pisos que le quedaban. También traía una libreta donde había anotado los precios con un lápiz, y en comparación con las casas de segunda mano de más de 20 años que se estaban vendiendo en la zona, eran ridículos.
Pero lo mejor todavía estaba por llegar: Joaquín se puso a mirar los precios que había apuntados en la libreta, y tras pensarlo unos segundos, me dijo algo así como: “Espera un poco…” Sacó un bolígrafo del maletín, se puso a tachar los números, escribió al lado unos precios todavía más bajos, y me dijo que lo podíamos dejar así. Yo no me podía creer que aquella escena fuera cierta, era la señal definitiva de que aquella operación no podía salir mal, y el tiempo me dio la razón.
Qué gracia, al revisar Google Street View he visto la parcela de mi casa cuando todavía no estaba construida. Todos los filtros de mi SETUP se activaron para entrar en la casa: no estaba anunciada en ningún portal online, hablé directamente con el promotor, y el pueblo todavía no había entrado en la vorágine absurda de los precios que sufrían las localidades más cercanas a la capital. Había que arriesgar el dinero sí o sí, porque era una trade ganadora.
Entrando bien es fácil ganarle. Muy fácil. Ahí está la dificultad
Esta anécdota solo es el reflejo de lo importante que es aprovechar las oportunidades cuando se presentan delante de tus narices. Va mucho más allá de sacar unos pips en el Dólar Australiano contra la Libra Esterlina. Al menos, a mi me sirvió para que mis huesos fueran a parar muchos años a un lugar que ni siquiera ubicaba en el mapa.
Por eso el objetivo de este artículo es darte las pautas que te llevarán a empezar operaciones con buen pie. Porque cuando tú has entrado bien al mercado sabes que tienes entre tus manos algo valioso, sientes una confianza que te falta la mayoría de ocasiones. Es lo que te da fuerza para aguantar hasta que el precio alcance el Take Profit.
Y porque cuando has entrado mal, también lo sabes, y estás deseando salir de la posición cuanto antes. Te ves incómodo, no puedes dejar de mirar la pantalla, apelas a la suerte y a los santos para que te den la razón… Cómo empieza una operación casi siempre dictamina cómo terminará:
El dinero se hace entrando bien
En la salida no se gana
Se gana en la entrada
Ahora bien, el sistema no es sólo el Setup, claro que no. Entrar sólo es la primera parte. Yo considero que es la más importante y también la más difícil, por eso la estoy valorando como se merece con este Mega-Post.
Después llega el resto del trabajo: te hace falta una técnica para salir, y también saber cuánto volumen llevar en cada trade. Una vez que reúnes todas las piezas del rompecabezas ya puedes presumir de tener un sistema de trading.
Con este artículo, al ser un material gratuito, lo que estoy haciendo es darte las herramientas y explicarte cómo utilizarlas, para que te pongas a trabajar con ellas. Pero si quieres explorar las tres patas de un sistema de trading que ya está creado, y ponerte a trabajar con él desde ya, entonces lo que necesitas es entrar en el Curso de Trading de esta academia. Aquí te dejo el enlace, donde encontrarás más información sobre el curso:
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El Setup + Salir del Mercado + Gestión del Riesgo
Y recuerda establecer varios filtros para entrar al mercado. Que nadie lo va a hacer por ti 😉
El consejo de Enrique Mazón
Un trader del montón
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