Por desgracia la estafa que vas a ver hoy no fue la primera donde las Cajas de Ahorros fueron protagonistas.

Antes de la salida a bolsa de Bankia ya tuvimos un escándalo de cuidado: el timo las preferentes.

Esa renta fija asegurada que pagaba un tipo de interés muy alto, y que luego resultó que ni era renta fija, ni estaba asegurada, ni pagaba nada.

Sobre aquel negro capítulo de la historia financiera en España te hablé en este post:

Hoy vamos a entrar en lo que vino después, cuando las cajas desaparecieron definitivamente para no volver.

Habían tenido 200 años de actividad muy intensa y habían hecho una labor encomiable con los más desfavorecidos.

Financiaron carreteras, escuelas, equipos deportivos.. Seguro que conservas algún buen recuerdo relacionados con las Cajas de Ahorro.

Yo personalmente conservo un vínculo emocional. Si no llega a ser por Caja Cantabria mis abuelos nunca hubieran podido comprar su casa. Ellos les dieron la hipoteca, el Banco Santander no quería tratar con la gente humilde de pueblo.

 

Sin embargo, la función original se había pervertido hasta el extremo.

Los políticos, sindicatos y patronal habían tomado el control en los consejos de administración.

Para ello primero habían echado a los buenos directivos. Esos que molestaban.

Por ejemplo, en Caja Madrid el PP, Izquierda Unida y Comisiones Obreras votaron por fulminarse a Jaime Terceiro y poner a Miguel Blesa en su lugar.

En el resto de cajas regionales sucedió lo mismo.

 

Una vez que tenían los cabos atados y nadie molestaba se dedicaron a sacar de las Cajas el máximo dinero que pudieron. Entraron en una vorágine de gasto descontrolada.

Los 15 millones gastados con las tarjetas Black, aquellas tarjetas de representación donde no tenían que justificar nada, sólo fueron la cúspide de lo absurdo.

Pero hubo más. Mucho más.

 

Como el negocio bancario ya no daba para seguir forrándose se dedicaron a entrar en proyectos de alto riesgo.

Y en la década de los 2.000 lo que más dinero daba – pero también lo más peligroso – era el ladrillo. Financiaron promociones a precios astronómicos. Y concedían hipotecas a gente que nunca iba a poder pagarlas.

Todo valía con un fin: seguir extrayendo recursos. A pesar de estar comprometiendo el futuro de la entidad. No les importaba en absoluto.

 

Hasta que la burbuja inmobiliaria estalló en 2009. Fue la estocada definitiva.

Si quieres repasar esta historia con más calma te dejo el enlace al post donde lo encontrarás de forma más extensa:

Las cajas seguían funcionando, aunque en la práctica estaban quebradas

Ahora el Estado tenía encima un marrón de mucho cuidado.

Si las dejaban caer millones de ahorradores iban a perder todo. Absolutamente todo.

Y la gente que no tiene nada que perder es muy peligrosa.

¿Cómo hubieras reaccionado al ver que no te queda ni un euro en la cuenta corriente mientras que los de arriba se han estado yendo de juerga con tu dinero? Sentirías que se han estado riendo en tu cara.

Estoy seguro que ningún directivo se hubiera atrevido a pasearse por los pueblos de cazadores. No vaya a ser que alguno le diera por sacar la escopeta a paseo.

No podían dejarlas caer, aunque no se sostenían por ningún sitio

Tenían que solucionar el mismo problema que ellos habían creado.

Estaba claro que las cajas de ahorro iban a pasar a mejor vida, pero nadie sabía cómo hacerlo.

Entonces se inventaron un organismo público para hacer la transición: El FROB.

Paso a hablarte de él a continuación.

¿Qué fue el FROB? Hablemos del Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada

Era imposible seguir escondiendo el bulto. Los hombres de negro tenían que arreglar este desaguisado.

Y para ello empezaron tirando de más presupuesto público: sólo arrancar el FROB costó 9.000 millones de euros. La broma de las Cajas iba a salir cara.

No te creas que la cosa iba a quedar ahí, no. El gasto con cargo a los presupuestos generales del Estado no había hecho más que empezar.

¿Y qué hacía el FROB?

Su misión fue privatizar las Cajas de Ahorro.

Pero claro, para privatizar necesitas inversores. Y nadie en su sano juicio iba a poner un duro en esos negocios.

Una cosa es privatizar Telefónica, Aena o Renfe. Empresas que ya funcionan y que están saneadas. Ahí los inversores aparecen a patadas.

Muy diferente al caso de las Cajas de Ahorro. Nadie quería acercarse a esos cadáveres andantes. Olían a tufo que tiraban para atrás.

Al leer informes de aquella época te das cuenta que ningún directivo sabía qué basura escondían debajo de la alfombra.

No sólo eso, sino que el escándalo de las preferentes estaba demasiado reciente.

¿Tú entrarías en un negocio que acaba de estafar a 700.000 personas?

 

En cambio, un economista te dirá que el FROB se dedicaba a «reforzar los recursos propios de las entidades para, una vez fueran estables, reestructurarlas o integrarlas en una matriz»

Lo que en realidad hicieron fue coger todavía más dinero público para traspasarlo directamente a las Cajas.

Y una vez la criaturita pudiera sostenerse por sí misma ya verían quien se animaba a comprarla.

La reestructuración se completó en tiempo récord

Con la máquina de respiración asistida que le insuflaron a las Cajas en forma de miles de millones de euros más o menos se mantenían estables. Aunque, como veremos más adelante, todavía quedaban muchos trapos sucios por salir a la luz.

En este proceso de cambio la mayoría de bancos cambiaron el nombre. Solamente algunas marcas mantuvieron su denominación original como Unicaja, Caja Rural o Caja Laboral.

Hubo fusiones sonadas, como Liberbank, que unía los balances de Caja Cantabria y Caja Extremadura. O la de Nova Galicia Banco, con Caixanova y Caixa Galicia.

Pero, sin lugar a dudas, la más relevante, fue la de Bankia. Era la unión de estas siete cajas:

  • Caja Segovia
  • Caja Canarias
  • Caja Rioja
  • Caja Ávila
  • Caja Laietana

más los dos gigantes:

  • Bancaja
  • y, sobre todo, Caja Madrid.

Rodrigo Rato fue elegido presidente de este mastodonte financiero.

Quien parecía destinado a ser el nuevo presidente del gobierno en 2004 – hasta que el dedazo de Aznar a última hora sobre Mariano Rajoy cambió todo – ahora tenía una nueva misión: encontrar inversores para Bankia.

La única manera era sacarla a bolsa y repartir las nuevas acciones en el mercado.

Pero todo se había hecho deprisa y corriendo

Con estos mimbres Rato tenía que poner a Bankia en el parqué:

Por un lado teníamos un organismo público empujando para terminar definitivamente con la vergüenza de los chiringuitos vividos en las Cajas de Ahorro y dar carpetazo.

Por otro lado teníamos un banco malo donde nadie sabía qué entraba ni qué salía.

Y por último, teníamos unos estados contables en los que se habían unido siete cajas de ahorro quebradas.

Intentaron que saliera bien, pero iba a ser imposible revivir al muerto

La sucesión de acontecimientos fue la siguiente:

  • El 11 de julio de 2011 Rato, junto con otros consejeros, hacen sonar la campana. Bankia está cotizando en el parqué del IBEX35.

Han conseguido captar 3.000 millones de euros tras haber realizado agresivas campañas de publicidad animando a sus clientes a comprar acciones «desde 1.000 euros».

  • El 7 de mayo de 2012 el FROB inyecta 10.000 millones adicionales a Bankia. Rodrigo Rato renuncia a la presidencia.

En palabras propias: «Es lo mejor para la entidad»

Propone como sucesor a Jose Ignacio Goirigolzarri.

  • El 28 de mayo de 2012 el FROB inyecta otros 19.000 millones de euros.

Se trata del mayor rescate público a una entidad jamás visto.

  • El 9 de junio de 2012 Luis de Guindos – ministro de Economía – consigue un crédito de la Unión Europea de 100.000 millones de euros.

Gran parte de ese préstamo irá a parar de nuevo a Bankia, aunque en ese momento el gobierno no desvela la cantidad exacta.

Tendremos que esperar más adelante para saber los números.

  • En enero de 2013 Bankia es excluida del IBEX35. Las acciones perdían el 90% de su valor inicial.

El FROB cuantifica su valor patrimonial en -4.500 millones de euros.

Sí, has leído bien. Hay un signo negativo: menos cuatro mill millones.

En esos momentos las acciones de Bankia no valían nada. Cualquier céntimo invertido hubiera sido lo mismo que tirarlo a la basura.

Fíjate en la evolución que tuvieron las acciones y cómo se desplomaron en tan poco tiempo:

Gráfico de Bankia después de su salida a bolsa

Los primeros seis meses aguantaron el tipo, pero en febrero de 2012 la mierda empieza a salir a la luz y el precio, como no puede ser de otra manera, se desploma.

Era una empresa fantasma. Durante unos meses engañaron a cuatro desprevenidos, que volvieron a perder todo lo invertido.

Era el fin a los excesos que habían comenzado hacía 20 años. La fiesta, esta vez sí, se daba por terminada.

¿Y cómo sacaron a bolsa una empresa que estaba quebrada?

Pero vamos a ver.

¿No me has dicho que se gastaron un pastizal en crear el FROB, el supuesto policía que controlaba quien estaba apto para seguir el camino sin ayuda?

¿No me has dicho que antes de sacar Bankia a bolsa ya le habían inyectado un pastizal millonario para sanearla?

¿No me has dicho que habían pasado a gestionarla reputados expertos?

Sí, todo eso te lo he dicho.

Y aun así esta gente fue capaz de saltarse todos los controles.

El 28 de mayo de 2012 sucedió un evento extraordinario: el consejo de administración admitía que las cuentas de 2011 estaban mal.

Habían reportado beneficios, pero el resultado real eran pérdidas de 3.318 millones de euros.

Una ligera desviación que pasaron por alto, jeje.

Resulta que los estados financieros no estaban auditados. Los habían falseado a su conveniencia.

La mentira había salido a la luz un año después.

Entonces llegaron las demandas. Empezaba a pasar el rodillo

Quienes habían comprado acciones en la salida a bolsa de Bankia estaban indignados. Como es lógico.

Habían adquirido títulos de una empresa que supuestamente estaba saneada y reportando beneficios.

Y luego resulta que en realidad estaba quebrada con un agujero histórico.

Les habían dado gato por liebre.

¿No es eso un engaño?

Como se demostró en los juzgados sí lo es. El folleto presentado por la CNMV en la salida a bolsa no reflejaba la información real de la empresa.

Tendrían que devolver cada euro recaudado a los minoristas. Los 1.850 millones se iban a convertir en bastantes más, al sumar intereses, indemnizaciones y costas.

Un negocio redondo, vamos.

Uno más.

¿A cuánto ascendió la factura de Bankia?

Tenemos dos datos oficiales. Los que nos da el FROB y los que nos da el Banco de España

El FROB dice que se inyectaron casi 60.000 millones de euros. De los cuales, el Estado solamente recuperó 6.000.

Es decir, 54.000 millones fueron a fondo perdido. A cargo de los contribuyentes.

Unos 1.000€ por barba.

Según el Banco de España el rescate fue un poco mayor: 70.000 millones. De los cuales 60.000 iban a ser de pérdidas irrecuperables.

Prácticamente un año de Sanidad Pública.

Ojo, te estoy hablando de todas las Cajas de Ahorros.

Sólo para Bankia fueron derechitos 24.000 millones. Casi la mitad.

Cosas de la vida, Bankia ya ni siquiera existe, es historia. La compró CaixaBank (la antigua Caixa) y pasaron a formar el mayor conglomerado bancario español.

 

En estas batallas de gigantes nosotros no tenemos por qué entrar. Nos basta con entender lo que está haciendo el mercado.

Te dejo el enlace al Curso de Trading aquí:

La Estrategia de Reversión a la Media

 

Ahora me gustaría saber tu opinión.

¿Sabías que Bankia había falseado las cuentas?

¿Preferirías tener 1.000 euros más en el bolsillo o estás contento con haber aportado al rescate de las cajas?

Si hubieras sido gobernante.. ¿también hubieras rescatado a las Cajas de Ahorro? ¿O las hubieras dejado quebrar?

Un fuerte abrazo y muy buen trading.

Enrique Mazón

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