
A principios de febrero el Brexit se hizo realidad.
No ha sido un proceso fácil. Hasta en 4 ocasiones el parlamento británico rechazó en 2019 las diferentes propuestas de salida que el gobierno conservador, presidido por Theresa May, había puesto encima de la mesa.
Esto de que los diputados sean incapaces de alcanzar grandes acuerdos no es nada nuevo.
En España hemos tenido el desagradable espectáculo de 4 elecciones generales en 4 años, viendo a todos los políticos desfilando por el plató del Hormiguero cada dos por tres para mostrar lo guays que son.
Con las fuerzas laboristas bloqueando el adiós a Europa el Brexit estaba dirigiéndose a un callejón sin salida. A pesar de tener el respaldo de la población por el referéndum del 24 de junio de 2016, la voluntad del pueblo no podía cumplirse.
No al menos con aquella composición del parlamento.
El 7 de junio Theresa May, la primera ministra, asumió el fracaso y dimitió en una fría comparecencia al borde de las lágrimas.
Algo muy difícil de ver en un político, pero que le ennoblece: si no es capaz de llevar a cabo la tarea para la que fue elegida mejor apartarse a un lado y que pase el siguiente.
Dejaba el cargo a Boris Johnson, enfrentándose al mayor reto geo-estratégico de lo que llevamos de Siglo XXI: sacar a Reino Unido del mapa europeo.
En las elecciones de diciembre, hace apenas un par de meses, el partido conservador arrasó, ganando sobradamente con mayoría absoluta.
La suerte estaba echada. Esta vez sin los laboristas entorpeciendo al otro lado de la bancada sería cuestión de semanas.
Es mucha la polémica y el miedo que se ha generado en torno a la salida de Reino Unido. Todo el mundo da su opinión sobre si está bien o mal que el pueblo británico haya decidido romper con sus socios europeos.
No quiero meterme en berenjenales innecesarios, así que simplemente te diré lo que escuché Ana Patricia Botín en el programa de Calleja:
En Europa somos muy lentos. No nos damos cuenta que competimos con China y Estados Unidos. Cuando yo quiero lanzar una nueva aplicación para mejorar el servicio a mis clientes, mis competidores ya lo han hecho hace meses porque no han tenido que hacer tanto papeleo. En la revolución industrial Europa fue ganadora, pero en la digital nos hemos quedado atrás.
No me extraña que un país haya decidido salirse de la burocracia europea. Y creo que dentro de poco, otros optarán por seguir el mismo camino.
¿Tan mal está Inglaterra después del Brexit?
Ya ha comenzado una nueva era y lo que antes parecía un futuro lejano, ahora es presente. El divorcio es un hecho.
Los medios se han dedicado a transmitir negatividad y a lanzar unas perspectivas económicas pésimas. Les encanta asustar al personal.
Pones la tele y parece que la economía inglesa se hubiera descalabrado. Te imaginas mendigos en las calles de Londres, como si por allí hubiera arrasado una guerra.
Dicen que el gobierno conservador es irresponsable, cuando lo único que han hecho es ejecutar una decisión respaldada por su pueblo.
Y, como diría Laporta, tampoco están tan mal.
La renta Per Cápita de un ciudadano en el Reino Unido lleva 2 años creciendo y cerró 2019 cerca de los 38.000€.
Por poner un poco de perspectiva, es un 43% superior a la española (26.420€).
No se tú, pero yo prefiero tener un gobierno irresponsable y ganar un 43% más dinero que en otros países. Llámame raro.
Además la tendencia es claramente alcista. En pocos años lo veremos superando los máximos históricos.
Un ciudadano británico estará viviendo el mayor bienestar de su historia. Mientras que en España llevamos 15 años de estancamiento.
Esto de que Inglaterra se cae a pedazos es una mentira como una casa. No hace falta más que mirar un par de datos, cosa que los medios de des-información no hacen.
La siguiente variable que más te interesa, y por lo que estás aquí es:
¿Cómo se han movido la bolsa y la libra desde que el Brexit se hizo efectivo?
¿Realmente la volatilidad y el pánico se han apoderado de los mercados?
Que lo conteste el gráfico:
La respuesta es simple: el FTSE 100 – su índice bursátil – apenas ha notado el impacto del Brexit en estas dos semanas fuera del mercado común europeo.
El selectivo que aglutina las 100 compañías cotizadas más grandes de las islas lleva una subida cercana al 2%. El precio se ha quedado en un rango lateral-alcista, y el temido pánico ni ha llegado ni se le espera.
Los asusta viejas otra vez fracasando.
Ahora bien, ¿Qué habrá hecho la libra?
En la bolsa no ha pasado nada, pero seguro que la libra sí se ha pegado una buena castaña.
De nuevo vamos a dejar que el gráfico hable.
La libra tampoco ha experimentado ningún movimiento destacado.
Lleva en lateral desde diciembre y la semana pasada visitó la zona de Soporte marcada en verde. Los 1,29.
Ahí la mano fuerte cargó compras y el GBP subió fuerte.
Puede que hasta ahora el post te esté decepcionando un poco, ya que no he venido a contarte el fin del mundo ni el colapso de la economía británica tras el Brexit.
Simplemente te he relatado la realidad: no ha ocurrido nada destacable.
Trading en Noticias: la volatilidad aparece en el momento más inesperado.
Seguramente te estarás preguntando por qué la bolsa y las divisas apenas se han movido si ha sucedido un hecho tan extraordinario en el mundo. Algo que no se va a repetir en décadas.
La respuesta es sencilla: se sabía públicamente desde hace semanas la fecha exacta de la desconexión.
Y cuando todo el mundo sabe algo, esa información no vale nada.
¿Entonces qué tiene que ocurrir para que haya movimientos locos, con picos de volatilidad extremos?
Que pase algo que nadie esperaba.
Te pongo un ejemplo: el atentado del 11 de septiembre de 2001 sobre las torres gemelas.
Nadie podía imaginar que unos suicidas de Al-Qaeda iban a secuestrar dos aviones y los iban a estrellar contra uno de los mayores símbolos de crecimiento, riqueza y bienestar de la sociedad americana. En pleno Nueva York.
Las consecuencias no se hicieron esperar: el Dow Jones ni siquiera abrió ese martes. Y cuando volvió a cotizar, el lunes 17, empezó registrando pérdidas de más del 5%.
Esa misma semana se llegó a desplomar un 16%, aunque en pocos meses recuperó toda la caída.
¿Qué hubiera ocurrido si ese atentado hubiera estado perfectamente previsto y todo el mundo supiera con anticipación que el 11 de septiembre de 2001 iban a fallecer más de 3.000 personas en un atentado terrorista?
La bolsa ni se hubiera inmutado.
Sé que puede parecer extraño, pero hubiera sucedido exactamente lo mismo que con el Brexit en febrero de 2020: ningún movimiento fuera de lo normal.
El mercado ya descuenta todas las expectativas con la información pública. A no ser que llegue algún bombazo, la calma no se va a ver alterada tan fácilmente.
Tampoco hace falta irse a un evento tan poco probable como el 11-S. Todas las semanas se lanzan datos económicos importantes, como el dato de empleo USA o las decisiones de tipos de interés de bancos centrales.
Vámonos a un primer viernes de mes, 14:30 hora española: publicación de las nóminas no agrícolas USA. Cuánto empleo ha creado la mayor potencia económica del mundo.
Si el consenso (dato público) espera que se creen 200.000 nuevos empleos pero el dato real destruye 100.000 puestos de trabajo, se va a quedar una tarde movidita.
Y en río revuelto, ganancia de pescadores.
Cuando el Brexit sí tuvo efecto y dejó una de las jornadas negras de la bolsa europea: la noche de San Juan de 2016
¿Queda claro cuáles son los dos factores que atraen la volatilidad al mercado? Te los recuerdo:
- Que sea un hecho relevante. De los que pueda afectar a la economía global.
- Que sea inesperado. Y cuanto más inesperado, más nerviosa se pondrá la gente.
El Brexit pactado a finales de enero-principios de febrero de 2020 era previsible y por eso los mercados apenas se han movido.
Pero hubo una vez en que el Reino Unido dejó al mundo boquiabierto: el día del Referendum sobre la permanencia en Europa.
El 23 de junio de 2016 todos los ciudadanos británicos estaban llamados a las urnas para responder una simple pregunta:
«Should the United Kingdom remain a member of the European Union or leave the European Union?»
Lo que traducido era: «¿Debería el Reino Unido permanecer como miembro de la Unión Europea o abandonar la Unión Europea?»
Con dos posibles respuestas:
- Permanecer como miembro de la Unión Europea
- Abandonar la Unión Europea.
No había más opciones. Una pregunta sencilla y dos respuestas. Sí o No. Y que la gente decida.
En los días previos a la votación ninguna encuesta daba por posible el rechazo a Europa.
Ni en las previsiones más extremas se esperaba que los separatistas pudieran vencer. Se reían de ti si lo planteabas.
Llegó el día y la gente fue a votar en masa. Una participación del 72%. Tenían ganas de expresar su opinión en las urnas.
El recuento comenzó a medianoche. A medida que avanzaban las horas la sorpresa saltaba a la palestra.
En varios condados ganaba el NO. Los enviados especiales apenas daban crédito a lo que estaba sucediendo. Lo que tenía que ser un paseo militar del Sí se estaba convirtiendo en una pesadilla.
A primera hora de la mañana los resultados estaban vistos para sentencia. La votación estuvo muy ajustada: un 51,9% – 17 millones y medio de ciudadanos – se imponían. Reino Unido decía NO a Europa.
Entonces llegó el momento más «bestia» que he vivido jamás en bolsa: los índices bursátiles europeos abrían con caídas del 10% de media.
De un día para otro las empresas europeas perdían miles de millones en capitalización. Una locura.
En compañías internacionales el desplome fue todavía más acusado. Por ejemplo, el Banco Santander – que tiene una importante parte del negocio en UK – abrió un 25% abajo para terminar cerrando en -20%.
El Ibex35 registró la mayor caída de su historia en una sola sesión, dejándose un -12,35%.
Eso fue pánico extremo y lo demás son tonterías.
Nuestros hijos o nietos lo estudiarán como una de las jornadas negras del parqué europeo.
Trading en la noche del Brexit de primera mano: por aquel entonces era un pececillo curtiéndome en un mundo de tiburones.
Te voy a contar cómo viví el Brexit en la sala de OSTC, el Prop Trading inglés para el que trabajaba por aquel entonces.
Los días previos se sabía que íbamos a tener jaleo. Se notaba en el ambiente.
Los managers habían intercambiado varios correos de advertencia pidiéndonos liberar posiciones. No querían por nada del mundo que llevárabamos un riesgo descontrolado al momento de las votaciones.
Y si podíamos ir totalmente flat, mejor. Nadie sabía lo que podía pasar.
¿Reconoces esa calma tensa cuando se está cociendo algo gordo? Seguro que alguna vez te ha pasado.
Después del cierre de las 17:30 nos fuimos a tomar unas cervezas en Velázquez y empalmamos con la cena. Debían de ser las 6 de la tarde, pero no nos fuimos a casa.
En Inglaterra ya estaban con las votaciones.
Había que estar preparados con la mente fresca. Íbamos a pasar la noche en la oficina. Esperaba la batalla a la vuelta de la esquina.
Cuando todo comenzó sólo teníamos la información de las encuestas a pie de urna. Es la única vez que he visto movimientos en directo según lo que salía en las noticias.
La pugna entre el NO y el SÍ provocaba giros verticales de infarto.
Cuando salía que una región decía SI a Europa los futuros subían con fuerza, mientras que a medida que el NO se imponía el pánico hacía efecto con caídas fuera de lo común.
Debían de ser las 4 de la mañana cuando las bolsas empezaron a desplomarse. El regulador CME tomó acción y prohibió durante unas horas las ventas en el futuro del SP & 500.
No sirvió de nada. El precio no podía caer porque las ventas no se ejecutaban, pero no subía ni en broma. Las órdenes de venta se acumulaban una tras otra en la PriceLadder.
Nadie quería comprar. Era imposible que el mercado subiera.
En mitad del temporal hubo algún trader que no duró ni una hora. Le cogió un movimiento a la contra con demasiado volumen y tuvo que cerrar con fuertes pérdidas.
A casa a dormir. Expulsado. Tarjeta roja.
Otros aprovecharon la volatilidad a su favor y sacaron buenos Profits. Había turbulencias como nunca antes. En Commodities, Tipos de Interés.. los impulsos eran descomunales.
Yo no sé si hice 3 o 4 operaciones con beneficios, pero tampoco mucho más.
Los que llevábamos menos tiempo – yo había entrado hacía apenas un año – teníamos instrucciones directas desde arriba: el objetivo era no destrozar la cuenta. Era un día para aprender.
Si caía algo de beneficio bien, y si no, también. Había que ser conservadores.
No querían que perdiéramos en un día el trabajo de un año.
Y yo tampoco tenía muchas ganas de terminar mi carrera como trader allí, en ese preciso instante. No tenía ni idea de qué podía ocurrir, así que decidí no jugármela.
Por lo que mi Brexit particular fue un día nervioso, sí. Pero económicamente no fue rentable. Queda bastante lejos de ser el día en que más dinero he ganado.
A media mañana el mercado se fue estabilizando y por la tarde apenas quedaban coletazos de lo vivido. Lo gordo ya había pasado.
Quizás no volvamos a tener otro Brexit, pero seguirán habiendo eventos macro. Tarde o temprano la locura volverá a las cotizaciones. Ha pasado, pasa y volverá a pasar.
Para estar preparado cuando llegue el momento de la verdad y que no te pille el toro lo ideal es que entres en una rutina de operativa. Con disciplina, gestionando las posiciones y siempre siguiendo el mismo sistema.
Es lo que encontrarás con las señales que envío directamente a tu móvil:
Operativa Swing con el Sistema de Reversión a la Media
Un fuerte abrazo y muy buen trading en estos eventos extraordinarios 😉
Enrique Mazón

Comentarios:
2 comentarios en “Te cuento la noche de trading más loca que he vivido: el día que se votaba el BREXIT”
Un artículo en el que la historia, causas y
Consecuencias del Brexit, están expuestos
con claridad meridiana.
Me ha llevado a deducir que lo que a los
profanos en macroeconomía, nos parece
evidente, no es así
Gracias por abrirnos al conocimiento!
Artículo esclarecedor de la realidad global en la que vivimos. Enhorabuena